Reflexión final
Durante este semestre tuve la oportunidad de profundizar en conceptos clave que han moldeado la disciplina de la arquitectura a lo largo de la historia. He explorado cómo el pensamiento arquitectónico no solo se basa en la funcionalidad y la estética, sino también en la capacidad de la arquitectura para evocar emociones y comunicar ideas.
He aprendido a diferenciar entre lo sublime matemático y lo sublime dinámico, y cómo estos conceptos pueden ser aplicados a la arquitectura para crear espacios que desafían y emocionan. También cómo el dibujo y la imaginación pueden trascender los límites físicos y conceptuales de la arquitectura.
En general, aprendí que la teórica arquitectónica es una herramienta esencial para comprender no solo cómo se construyen los edificios, sino también cómo se conciben y perciben. He visto como los arquitectos pueden influir en la sociedad, no solo a través de sus obras físicas, sino también a través de las ideas y emociones que sus diseños pueden evocar.
Esta clase ha subrayado la importancia de una aproximación integral a la arquitectura, que combina la razón y la emoción, la técnica y la imaginación. Al final del curso, me siento equipada con un conjunto más amplio de herramientas conceptuales y críticas que me permitirán abordar mis proyectos con una comprensión más rica y profunda de lo que significa crear espacios significativos y duraderos.
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