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The Quirky, Endearing Tradition of “Duck” Architecture

La arquitectura “duck” es una fascinante corriente que desafía las convenciones al transformar los edificios en símbolos visuales audaces y directos de su función o producto. Esta forma de diseño no solo rompe con la tradición de la arquitectura modernista, sino que también celebra la creatividad y la imaginación.


Un claro ejemplo de esta tendencia es el edificio en forma de cesta de picnic construido por Longaberger. Este edificio, a pesar de no haber sido diseñado por un arquitecto tradicional, demuestra que la audacia y la visión pueden resultar en estructuras tan funcionales como impactantes. La declaración de Longaberger sobre su proyecto, que, si podían poner a un hombre en la luna, podrían construir un edificio en forma de cesta, refleja el espíritu innovador y sin restricciones de la arquitectura "duck".


El término "duck" proviene del análisis de Venturi, Scott Brown e Izenour, quienes, en su libro “Learning from Las Vegas”, diferenciaron entre dos tipos de edificios: los “ducks”, cuya forma expresa directamente su función, y los “decorated sheds”, que utilizan adornos externos para comunicar su propósito. Este enfoque revolucionó la manera en que se percibían las estructuras comerciales y de carretera, que antes eran vistas como carentes de valor estético.


La arquitectura “duck” ha evolucionado y se ha integrado en el diseño contemporáneo, con ejemplos como la LEGO House y la tienda insignia de Apple en Chicago, que adoptan formas juguetonas y simbólicas, trasladándose de las carreteras a los paisajes urbanos más prestigiosos. Estos edificios demuestran que la combinación de forma y función puede resultar en estructuras memorables y significativas.


En resumen, la arquitectura “duck” nos recuerda que el diseño arquitectónico puede ser tanto una ciencia como un arte, y que los edificios pueden ser vehículos para la expresión creativa. Nos invita a reconsiderar la relación entre forma y función, y a valorar la capacidad humana para soñar y materializar lo aparentemente imposible.

 

A Matter of Tolerance

La tolerancia en la arquitectura, según Genevieve Baudoin, es un concepto esencial que se sitúa entre las inevitables variaciones del contexto y la necesidad de precisión en la construcción. La tolerancia aborda cómo los detalles arquitectónicos se diseñan para adaptarse a las imprecisiones inevitables en los materiales y en la mano de obra humana, asegurando que el diseño y la construcción puedan coexistir de manera efectiva.

Kenneth Frampton discute la “tectónica” en términos de oposición entre lo ontológico y lo representacional, señalando que los detalles arquitectónicos deben equilibrar lo que es un edificio con cómo se percibe. En este proceso de traducción del diseño al edificio construido, la tolerancia se convierte en un elemento crucial. Permite acomodar las variaciones y errores inevitables en el proceso de construcción, desde la expansión y contracción de los materiales hasta las imprecisiones en la instalación.


La tolerancia no solo permite que los edificios se construyan en el mundo real, donde la perfección es inalcanzable, sino que también influye en cómo los arquitectos diseñan los detalles de manera que estos puedan adaptarse a las contingencias. Baudoin destaca la importancia de diseñar con un margen de tolerancia que pueda manejar las variaciones sin comprometer la integridad estética y funcional del diseño.


Prácticas arquitectónicas como las de SHoP Architects, Kieran Timberlake y Frank Gehry utilizan tecnologías avanzadas para gestionar estas tolerancias, asegurando que los diseños complejos puedan ser realizados con precisión. Estas prácticas demuestran cómo la integración de la tolerancia en el proceso de diseño no solo es necesaria, sino que también puede llevar a resultados innovadores y estéticamente impresionantes.


En resumen, la reflexión sobre la tolerancia en la arquitectura subraya la necesidad de un diseño que pueda adaptarse a las realidades del proceso de construcción. La capacidad de los arquitectos para diseñar detalles que manejen las imprecisiones de manera efectiva es fundamental para la creación de edificios que sean tanto funcionales como bellos. Este enfoque no solo mejora la calidad y durabilidad de las construcciones, sino que también permite una mayor creatividad y expresión en la arquitectura.

 

The Control of Shape: Origins of Parametric Design in Architecture in Xenakis, Gehry and Grimshaw

El diseño paramétrico en la arquitectura ha evolucionado significativamente, ofreciendo nuevas posibilidades para la creación de formas complejas y expresivas. Este enfoque se basa en el uso de parámetros modificables para definir y controlar las geometrías arquitectónicas, permitiendo una mayor flexibilidad y precisión en el diseño.


En el artículo “Control of Shape: Origins of Parametric Design Architecture in Xenakis, Gehry and Grimshaw,” Rodrigo Garcia Alvarado y Jaime Jofre Muñoz exploran los orígenes y aplicaciones del diseño paramétrico a través de tres proyectos icónicos: el Pabellón Philips de Le Corbusier y Iannis Xenakis, el Pez de Barcelona de Frank Gehry y la Estación Internacional de Waterloo de Nicholas Grimshaw. Estos ejemplos ilustran cómo el diseño paramétrico permite gestionar formas curvas complejas y resolver problemas constructivos de manera innovadora.


El Pabellón Philips, diseñado para la Exposición Mundial de Bruselas en 1958, demuestra el uso pionero de superficies regladas y formas hiperbólicas para crear un espacio continuo y dinámico. Aunque este proyecto no utilizó herramientas computacionales modernas, sentó las bases para el diseño paramétrico al manejar geometrías complejas con precisión y creatividad.


El Pez de Gehry en Barcelona, construido para los Juegos Olímpicos de 1992, representa una evolución en el uso del diseño paramétrico. Gehry empleó software avanzado como Catia para desarrollar digitalmente las formas curvas de la estructura. Este proyecto muestra cómo la tecnología digital puede facilitar la coordinación entre diseño y construcción, permitiendo la creación de formas simbólicas y arquitectónicamente innovadoras.


La Estación Internacional de Waterloo, completada en 1993, es otro ejemplo destacado de diseño paramétrico. Utilizando programas como Microstation Generative Components, Grimshaw y su equipo lograron diseñar una cubierta compleja y fluida que responde a las necesidades funcionales y estéticas del proyecto. Este enfoque permitió gestionar la variabilidad en las dimensiones de los módulos de la estructura, asegurando una ejecución precisa y eficiente.


Estos proyectos evidencian que el diseño paramétrico no solo es una herramienta técnica, sino también un medio para la expresión cultural y simbólica en la arquitectura. La capacidad de controlar formas complejas y adaptarlas a las condiciones específicas de cada proyecto abre nuevas posibilidades creativas y constructivas.


En conclusión, el diseño paramétrico en la arquitectura ha transformado la manera en que se conciben y construyen las formas arquitectónicas. Al permitir un control preciso y flexible de las geometrías, este enfoque no solo mejora la eficiencia y la exactitud en la construcción, sino que también fomenta la innovación y la creatividad en el diseño arquitectónico. Los trabajos de Xenakis, Gehry y Grimshaw demuestran el potencial del diseño paramétrico para crear obras que son tanto funcionales como estéticamente.

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